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Setenta años del primer voto femenino Este jueves 11 de noviembre se cumplen 70 años de la primera elección nacional en la que las mujeres pudieron elegir y ser elegidas. Un hito de la historia política y de la lucha por los derechos de las mujeres. Ellos, los varones, dueños de la historia, consideraban que las mujeres no teníamos derecho a votar o a ser votadas. Aunque las luchas sufragistas se iniciaron a principios de siglo, y hubo precursoras como Julieta Lanteri, fue el gobierno de Juan Domingo Perón en 1947, el que sancionó el voto femenino, donde tuvo un rol destacado la figura de Eva Perón que creó la Rama Femenina del Partido Justicialista. Cuenta la historiadora Araceli Bellota en su libro “El peronismo será feminista o no será nada” (Galerna) que en esos comicios los votos femeninos fueron más que los masculinos: Un 90 por ciento de mujeres acudieron a las urnas frente al 86 por ciento de los varones. “El Partido Peronista incluyó a 23 candidatas a diputadas y seis a senadoras nacionales. En las legislaturas provinciales también ingresaron mujeres peronistas, 58 diputadas y 19 senadoras. Sumadas a las legisladoras nacionales resultaron más de cien, a las que se agregaron tres delegadas de los territorios nacionales que por primera vez también tuvieron representación parlamentaria. Un total de 109 legisladoras en todo el país”, cuenta Bellota. Ningún país de América Latina tenía, a mediados del siglo pasado, esa cantidad de representantes mujeres. “Lo interesante para remarcar es que en aquel entonces no había una ley que determine la cantidad de mujeres en las listas sino que era una decisión política”, me dice Carolina Barry, autora de “Evita Capitana”, investigadora del Conicet-UNTREF e integrante de la Red de Politólogas. Los partidos de la oposición también llevaron mujeres en sus listas en aquella elección de 1951 pero ninguna fue elegida, con excepción de la Unión Cívica Radical y el Partido Demócrata que ni siquiera incluyeron a alguna mujer como candidata. Pero con el correr de los años, la presencia de mujeres en bancas del Congreso se fue perdiendo. Más que se perdió no las dejaron: las estructuras machistas de los partidos políticos les pusieron obstáculos. Por eso fue necesaria la Ley de Cupo Femenino, una herramienta revolucionaria y pionera de discriminación positiva para fijar un piso de un 30 por ciento de mujeres en las listas a legisladoras nacionales en lugares con posibilidades de ser electas. Justo se cumplieron 30 años de su aprobación, otro hito en la historia política argentina. La articulación entre mujeres peronistas y radicales –las primeras sororas--, la movilización callejera y dentro del Congreso y la decisión del gobierno de Menem fueron elementos clave para que se votara y sancionara en la maratónica sesión del 6 de noviembre de 1991 en la Cámara de Diputados. No es casualidad ni magia la ampliación de derechos en gobiernos peronistas. La masa crítica de diputadas y senadoras que ingresaron a partir del cupo además, cambió la agenda legislativa y permitió la sanción de leyes fundamentales para la vida de las mujeres, las niñeces y las disidencias, la mayoría votada también durante gobiernos peronistas --a partir de la alianza transversal de legisladoras del oficialismo y la oposición--, las más recientes la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo (IVE) y de Cupo Laboral Trans. Buen tema para reflexionar, a días de las elecciones de medio término. Acá podés leer más sobre la sanción de la Ley de Cupo Femenino y su impacto en nuestras vidas. |
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